05 Jun Resiliencia y COVID-19
Poco a poco se avanza en los procesos de desescalada diseñados por el Gobierno, pasando de confinamiento estricto, a fases consecutivas,y para alcanzar en un periodo cercano la nueva etapa de normalidad. Nueva normalidad, nos referimos a la que se llegará tras superar las pautas que se establezcan en cada uno de estos momentos y, por ende, significará que se ha superado la pandemia del virus SAR-COV-2.
Desde la sociedad científica se trabajó a marchas forzadas para poder establecer protocolos sociales con el objetivo de reducir la expansión de la pandemia, combatiendo esta enfermedad con confinamientos, distancias sociales y recomendaciones en la higiene. De manera paralela, los científicos han continuado estudiando la creación de una vacuna que parece ser tardará en llegar y por tanto y a expensas de los avances científicos, se deberá continuar haciendo uso de todas las recomendaciones realizadas durante un largo tiempo.
Cualquier trabajo conocido con anterioridad a esta pandemia ha cambiado y se han tenido que modificar y adaptar para continuar con la actividad laboral de cualquier ámbito tecnológico, las medidas de seguridad hacen que se produzcan cambios en los aforos de los puestos de trabajo, los nuevos protocolos para acudir a los establecimientos, empresas, hospitales, transporte se han visto aumentadas por las distancias de seguridad y se han intensificado las medidas de higiene.
El bienestar emocional y, por lo tanto, nuestra salud mental ha sufrido un “shock” debido a la incertidumbre que ha generado en todos los estamentos de la sociedad esta pandemia. Esta situación se afrontará con la capacidad que tiene el ser humano de asumir momentos traumáticos, enfrentándose de manera positiva para llegar a superarlos a través de la resiliencia.
Ya desde temprana edad, en los comienzos de la vida, un abandono, posibles rechazos o la carencia de cariño, se consideran experiencias, que de alguna manera hacen que las personas sean capaces o no, de fortalecer esta capacidad. Situaciones que posiblemente marcarán las relaciones con los demás en la pubertad o juventud, pero que no por ello, no se serán capaces de alcanzar vínculos y hasta salir fortalecidos. Es más, el mero hecho de haber tenido este tipo de experiencia puede hacer que se salga fortalecido de las mismas.
Suele ocurrir con frecuencia que las personas que se enfrentan a estas situaciones difíciles y las superen, aumentan el poder de su resiliencia. Además de haber experimentado situaciones adversas y dependiendo del enfoque constructivo o positivo de las vivencias, el ser humano puede llegar a desarrollar una alta capacidad para solventarlas y convertirse en una persona con gran resiliencia. El tener un enfoque positivo, ser optimista con afán de socializar y empatizar con el prójimo, tener tolerancia hacia lo desconocido, el conocer las fortalezas y debilidades, pueden llegar a ser características esenciales en las personas, para superar las dificultades.
En esta nueva normalidad que pronto se va a experimentar en todos los ámbitos de la vida y de nuestra sociedad, se deberá tener tolerancia a la frustración, no por lo desconocido, si no por haber perdido algo que ya se conocía. En este momento se necesitan personas resilientes que se enfrenten al COVID-19 preguntándose que pueden aprender y que pueden enseñar al resto de la sociedad, afrontando la adversidad con positivismo.
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