27 May COVID-19 Y VITAMINA D
Existen diferentes formas de obtener los beneficios que nos aporta la vitamina D en nuestro organismo. Se puede obtener a través de fármacos, suplementos alimenticios, buena alimentación, así como, a través de la luz del Sol.
El objetivo principal de la vitamina D en nuestro cuerpo, es la elaboración y absorción de calcio en nuestros huesos,proceso necesario que se requiere para el fortalecimiento de nuestro sistema óseo.En diferentes estudios, también se ha demostrado que la Vitamina D estimula el sistema inmunológico para combatir a los virus y bacterias.
De todos es sabido que la automedicación no está aconsejada en ningún caso, pero la ingesta de fármacos vitamínicos ricos en suplientes de vitamina D, sin un control por parte de personal facultativo, puede llegar a derivar en hipercalcemia, enfermedad que crea el efecto contrario al deseado, efecto por el cual el exceso de calcio en la sangre puede conllevar a debilitar los huesos y posibilitar la creación de cálculos en los riñones.
Por el contrario, la falta de vitamina D en nuestro organismo, puede, en el caso de menores convertirse en raquitismo, debilitando los huesos y apareciendo deformaciones; cuando hablamos de personas adultas, puede desencadenar en una degeneración de los huesos con efectos dolorosos y en debilidad muscular.
Durante el confinamiento,estamos aprendido y sabemos la importancia que tiene la exposición a los rayos de sol para captar la vitamina D. Las horas donde la radiación es más efectiva, son las horas en las que el sol está más perpendicular a la tierra, por lo que las horas centrales del día,son las más convenientes para que pueda producir esta absorción de vitamina. El sol debe de impactar de forma directa en nuestra piel, por lo que en cualquier actividad en el exterior se podrá obtener este aporte de vitalidad. Esta exposición debe de hacerle al aire libre, ya que una exposición al sol en un lugar cerrado o a través de vidrios y/o cristales no produce la deseada vitamina. No debiendo olvidar nunca que la exposición excesiva al sol puede ser perjudicial para la salud, potenciando el riesgo de sufrir cáncer de piel.
Si debido a este periodo de confinamiento, no se ha podido tomar el sol, serviría con realizar cualquier ejercicio que active la circulación sanguínea y de esta forma hacer llegar la vitamina D que tenemos en reserva, dentro de nuestro organismo a los huesos.
Otra manera de obtener este aporte vitamínico es con determinados alimentos. Los pescados grasos, sirva de ejemplo la caballa, el atún o el salmón, son los alimentos que más proporcionan vitamina D y los lácteos, como la leche, queso, mantequilla o yogures aportan en menor medida.
Con la llegada del buen tiempo, la incidencia de los rayos de sol y el comienzo de la desescalada, estamos en los momentos en los que no debemos de desaprovechar el aporte de vitamina D y así, mantener el equilibrio de nuestro sistema interno.
Estamos entrando en el mejor momento, durante los días soleados del verano, para obtener de forma natural y con pequeñas exposiciones diarias que solo con pararnos a plena luz del día,podemos recibir y sentir este gran regalo,que nos ofrece la naturaleza.
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