Contacto físico - Temaer Asistencia

Contacto físico

Contacto físico personas mayores

Contacto físico

Nuestro carácter mediterráneo hace que el contacto físico esté muy interiorizado en cualquier acto social o familiar. Estrechar la mano, besar en la mejilla o simplemente, abrazar a un conocido o ser querido con el que no hayamos tenido contacto durante un periodo de tiempo, son actos que desgraciadamente nos estamos dando cuenta que también nos los está quitando la pandemia.

 

Siempre se ha dicho que las comparaciones son odiosas, pero en según qué momentos y para entrar en contexto, pueden ser bienvenidas. A diferencia de los españoles, los escandinavos o personas del norte o este de Europa mantienen la distancia social o el contacto entre ellos y ven natural no tener este acercamiento que se nos prohíbe con este virus. Los españoles podemos verlos fríos y muy distantes, a diferencia de otras culturas, como por ejemplo la latina, que se acercaría más a nuestras costumbres.

 

Limitar el saludo a un mínimo contacto chocando los codos, a veces se hace insuficiente, convirtiéndolo en algo extremadamente frio, no sintiendo el calor o simplemente, la ternura a la que estamos acostumbrados. Pasará mucho tiempo para que podamos ver como usual el saludarse a la llegada en el trabajo de esta manera tan aséptica, el no poder besar a personas que hace tiempo no vemos y por miedo a un posible contagio o atendiendo a las medias de distanciamiento requeridas, únicamente sonriamos durante esta situación que esperemos, sea temporal. Este distanciamiento de alguna manera u otra ha dejado huella en las personas cuando se han tenido que separar en la puerta de un hospital, cuando han sido separados en los centros de salud y no se ha podido tener contacto con los enfermos o cuando, no se podía abrazar a un ser querido que por esta enfermedad o cualquier otra veíamos que se nos iba o simplemente, cuando debes de distanciarte y no ver a tus padres, hermanos y aunque se desee estrecharlos en los brazos, por respeto ya no se haga.

 

El contacto físico está presente desde el primer día del nacimiento y así, durante toda la vida, contacto que será un complemento a nuestro estado anímico y ayudará a mejorar la salud. El contacto físico tiene una relación directa con la liberación o producción de sustancias químicas. Desde la primera infancia, los abrazos, caricias están enfocados al bienestar de los recién nacidos comenzando de esta manera su crecimiento emocional. Estrechar entre los brazos a un niño atemorizado hace que la producción de cortisol disminuya y se rebaje el nivel de estrés al que esté sometido. Ya sea niño o adulto, tras un cálido contacto físico, el cuerpo humano genera una gran inyección de oxitocina, hormona relacionada con el afecto y/o amor y después de una jornada difícil, el contacto es capaz de producir un efecto relajante, al aumentar los niveles de serotonina.

 

Parece que las últimas noticias sobre la pandemia, hace prever que se vuelva a un mayor distanciamiento entre las personas con el fin, de poder minimizar los contagios que han ido aumentado en según que zonas de España. Si se esta seguro de no ser positivo y si se tiene cerca a un ser querido, es el momento de poder abrazarlo, haciendo sentir el calor y por que no, el amor que se le tiene.

 

Si en el anterior párrafo se hizo una comparación, ahora merece un dicho popular “No hay mal que cien años dure” que esperemos vaticine este fin de la pandemia.

 

Dedicado a Emilio y su Familia.

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