07 Feb Productos de apoyo
Llamamos productos de apoyo al conjunto de instrumentos o equipos dirigidos a prevenir, compensar o disminuir una discapacidad y, por consiguiente, a ayudar en el desempeño de las actividades de la vida diaria de la persona mayor o dependiente. A medida que la persona envejece se ve cada vez más obligada a utilizar este tipo de productos para poder llevar a cabo sus actividades cotidianas y poder así conservar su nivel de autonomía.
Se trata de productos que permiten y facilitan llevar a cabo ciertas tareas sin las cuales sería muy difícil, por no decir imposible, que la persona pudiera realizarlas de manera autónoma. Tienen como principal objetivo promover la participación de la persona en el entorno, previniendo de este modo el aislamiento social a la vez que se favorece su rehabilitación o se protege y reemplaza funciones corporales dañadas.
Existen multitud de productos de apoyo y su variedad es amplia. Algunos ejemplos de dichos productos son los siguientes: prótesis, dispositivos que ayudan a mejorar las capacidades físicas, instrumentos que facilitan la movilidad (sillas de ruedas, andadores, rampas, grúas que permiten el traslado de personas que ya no pueden levantarse de la cama) y todos los aparatos adaptados que permiten realizar actividades relacionadas con el aseo o la preparación de comidas.
Es importante destacar que los productos de apoyo deben utilizarse solo cuando sea estrictamente necesario y sean aceptados tanto por el paciente como por la familia. Asimismo, dichos productos deben ajustarse a las necesidades individuales, por lo tanto, deben modificarse si es preciso en función de las carencias de cada persona.
También es preciso que estos productos sean sencillos, cercanos, con un diseño agradable y de fácil uso para que el usuario/a pueda llevar una vida lo más normal posible. Además, deben ser económicos y de fácil mantenimiento, es decir, debe darse prioridad a su funcionalidad. En este sentido es necesario que sean también productos seguros y, por supuesto, que no estén contraindicados para evitar cualquier tipo de daño o lesión.
A la hora de escoger el producto de apoyo más adecuado, el profesional más indicado para hacerlo es el terapeuta ocupacional ya que es el especialista que ayudará a tomar la decisión más adecuada a través de la evaluación de las necesidades y capacidades de la persona que va usar el producto.
Por otra parte, otras consideraciones importantes que hay que tener en cuenta para una adecuada elección son las siguientes: disponer de suficiente información sobre la patología que sufre la persona que necesita el producto de apoyo, conocer el grado de limitación que padece cada usuario en las distintas facetas de su vida y, por supuesto, informarse de la capacidad rehabilitadora del
producto en cuestión.
En definitiva, la utilización de productos de apoyo en las personas mayores y dependientes permite llevar a cabo una vida más fácil y accesible a la hora de enfrentarse a las dificultades diarias por sufrir algún problema de movilidad o patología.
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