12 Nov Cómo mejorar la autoestima en personas mayores
Con el paso de los años es muy común que las personas en edad avanzada perciban una imagen negativa de sí mismos y este hecho les puede impedir afrontar adecuadamente las dificultades o contratiempos de diversa índole que van surgiendo en la vida como la pérdida de algún ser querido, la falta de vitalidad, la ausencia de proyectos y perspectivas de futuro, el no saber aceptar la nueva situación o el miedo al fracaso personal. Y todo ello constituye a su vez, como es lógico, una barrera bastante molesta a la hora de disfrutar de esta etapa de la vida de una manera óptima y eficaz.
Sin embargo, hay que tener siempre en cuenta que esta falta de autoestima puede deberse a muchos factores y depende de variables propias de cada persona ya que según cada caso particular se va a desembocar en mayor o menor medida en esta pérdida de confianza en uno mismo.
Por lo general, la citada falta de autoestima se debe en muchas ocasiones a un deterioro que afecta tanto al nivel físico, como al cognitivo y emocional, y la comienzan a experimentar las personas de cierta edad que se van alejando cada vez más del estilo de vida que han disfrutado durante tantos años.
De esta manera, algunos de los síntomas o consecuencias que manifiestan los mayores ante de este tipo de situaciones pueden asociarse a sentimientos soledad, aislamiento social, depresiones, apatía, sensación de abandono personal, frustración, aumento de la dependencia, dificultades en las relaciones familiares y sociales o complicaciones para adaptarse a nuevos entornos como puede ser, por ejemplo, el ingreso en un nuevo centro residencial o el cambio de cuidador/a.
Por todo ello, es muy importante que tanto los familiares como las personas cuidadoras se impliquen y aprendan a adoptar una serie de pautas y actitudes que permitan ayudar a afrontar este tipo de situaciones de la mejor manera posible con el fin de mejorar tanto su salud física como mental.
En primer lugar, es fundamental, siempre que las circunstancias lo permitan, claro está, potenciar el sentimiento de autonomía del adulto mayor a través de una serie de rutinas que conlleven la realización de actividades ocupacionales de la vida diaria como, por ejemplo, ir a la compra, ayudar en la cocina, fregar los platos, coser, regar las plantas o cualquier otro tipo de responsabilidad que permita a la persona confiar en sus capacidades.
Este tipo de rutinas o tareas contribuyen además a fomentar que la persona se sienta útil y capaz de hacer algo por sí misma lo que aumentará su satisfacción y bienestar personal y con ello logrará un buen nivel de autoestima, motivación y confianza en sí misma. Para ello habrá que tener en cuenta, como es lógico, las limitaciones particulares de cada uno y proponer actividades adaptadas a sus capacidades, preferencias e intereses individuales.
En la misma línea, si queremos que el mayor mantenga un estado de ánimo positivo, es esencial promover su envejecimiento activo y no dejar de lado su participación en las actividades físicas, sociales y culturales que llevaba a cabo hasta el momento, además de hacer otras nuevas que le puedan resultar estimulantes y motivadoras porque esto le reportará múltiples beneficios en todos los aspectos. Así pues, sencillos actos como salir a pasear, charlar, jugar a las cartas y otros juegos lúdicos con personas del entorno, realizar ejercicios de estimulación cognitiva, leer y otras actividades socioculturales del agrado del mayor, son una excelente manera de potenciar la autoestima.
Por otra parte, cabe decir que por medio de la realización de estas actividades se pretende que no se quede encerrado en casa, una costumbre muy habitual en las personas mayores y que conduce con frecuencia a la pérdida progresiva de las capacidades físicas, mentales y relacionales. Y es que esto puede provocar un aumento de su grado de dependencia que inevitablemente afectará a la calidad de vida de la persona y su entorno más allegado. Por lo tanto, salir de casa y relacionarse con otras personas fuera de la misma, repercutirá positivamente en la mejora de la autoestima, además de resultar muy útil para prevenir y/o evitar situaciones de abandono o aislamiento social.
Además, en relación con lo anteriormente comentado, un aspecto que no debemos olvidar es el hecho de fomentar el autocuidado personal. Para ello es importante promover hábitos de vida saludable tanto en el plano físico (cuidado del propio cuerpo) como psicológico (estilo de vida sano) con el fin de que la persona se sienta bien y a gusto consigo misma y con sus seres queridos.
Por último, no conviene olvidar nunca que hay que tener en cuenta todas las opiniones que manifiesten las personas mayores respetando siempre su intimidad y las decisiones que deseen adoptar en torno a cuestiones que afecten directamente a su vida personal para de esta manera preservar su dignidad y fomentar el sentimiento de valía personal.
En definitiva, mantener una buena autoestima y confianza en uno mismo es clave para el bienestar de las personas de cualquier edad, pero es todavía más importante, si cabe, para el de los ancianos ya que el aumento de la autoestima en adultos mayores contribuye a mejorar su salud física y mental.
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