16 Jun Consejos para el cuidado de personas con alzheimer
El cuidado de las personas con Alzheimer no es una tarea ni mucho menos sencilla. Porque se trata de una enfermedad neurodegenerativa cuyos síntomas, por lo general, pueden empezar a manifestarse antes de los 65 años y conllevan, entre otros, pérdida de memoria, problemas comunicativos y de lenguaje y dificultad para la realización de actividades motoras.
Además, estos síntomas pueden ir acompañados de cambios repentinos de humor, agitación ante la dificultad para resolver problemas o realizar tareas de la vida cotidiana, que hasta entonces resultaban fáciles para la persona, y otras alteraciones conductuales como cierto grado de agresividad. Por esto es necesario ofrecer y proporcionar el apoyo y la ayuda necesaria.
En este sentido, los familiares y cuidadores de las personas afectadas por esta enfermedad se enfrentan a la difícil tarea de lidiar con el manejo de unos síntomas que se agravan a medida que la patología avanza de manera progresiva. Por eso, para tratar adecuadamente a una persona con Alzheimeres indispensable comprender sus necesidades y,sobre todo,contar con una gran dosis de paciencia, atención y dedicación hacia la persona que sufre la enfermedad.
Cabe decir también que en muchas ocasiones la convivencia con un familiar con Alzheimer puede conducir a la frustración ya que con el paso del tiempo la persona se vuelve más dependiente y eso hace que los cuidados se vayan complicando un poco más cada día.
Por todo lo dicho es necesario tener en cuenta una serie aspectos y recomendaciones que pueden ayudar a afrontar mejor la relación con nuestro familiar o persona a la que cuidamos:
- Establecer una rutina diaria que favorezca que la persona afectada se encuentre en las mejores condiciones para llevar a cabo sus quehaceres diarios sin dejar de tener cierta flexibilidad.
- Dar instrucciones claras, concisas y sencillas de forma que la persona pueda comprender la información que le transmitimos de la mejor manera posible.
- Mantener en lo posible la calma con el fin de rebajar la tensión que se pueda generar en muchos momentos.Para ello debemos evitar gritar, enfadarnos o reprimir ante cualquier conducta indeseada.
- Ante episodios de ansiedad o agresividad será fundamental no buscar el enfrentamiento con el paciente y encontrar la mejor manera de resolver dichas situaciones,como, por ejemplo, sugerirle la realización de las actividades que más le tranquilizan o que le resultan placenteras
- Crear un entorno organizado, adaptado y seguro en el domicilio, que, por un lado, facilite que la persona pueda desenvolverse por el mismo de manera accesible y sin barreras para llevar a cabo sus actividades de la vida diaria, y que, por otro lado, minimice el riesgo de sufrir lesiones como caídas por el mal estado del inmobiliario o la ubicación inadecuada de ciertos materiales y objetos peligrosos.
- Como ya hemos señalado, la paciencia se convertirá en la mejor vía de actuación para afrontar los duros y complejos cambios que experimentará la persona a medida que avance la enfermedad.
- En el caso de que sea necesario, es conveniente consultar a un profesional especializado en este tipo de patologías como puede ser un médico, un terapeuta ocupacional o un psicólogo o pedagogo, que puedan proporcionar la información necesaria para entender y afrontar los cambios derivados de la enfermedad.
- Por último, no debemos dejar de lado algo muy importante: el cuidador debe cuidarse también a sí mismo con el fin de evitar que su salud y su bienestar se vean dañados debido a toda la carga física, emocional y social que supone asumir la difícil tarea de atender a una persona con alzheimer ya que en ocasiones esta circunstancia da lugar a lo que se conoce como el “síndrome del cuidador”.
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