23 Oct Actividades recreativas en las personas mayores
Vivimos en una sociedad cada vez más envejecida y por esta razón estamos avanzando hacia un nuevo modelo de envejecimiento que nos exige dirigir gran parte de nuestros esfuerzos a que las personas mayores tengan las mejores condiciones vitales posibles con el fin de que lleguen a alcanzar un óptimo desarrollo personal. Sólo así podrán vivir esta etapa de forma saludable, disfrutar de un adecuado bienestar emocional y, en definitiva, de una buena calidad de vida.
De esta manera, y con la idea de lograr que nuestros mayores puedan tener un envejecimiento activo, es muy recomendable que realicen o pongan en práctica una serie de actividades lúdicas y/o recreativas (tanto individuales como colectivas) que contribuyan a mantener activas y estimuladas las habilidades físicas, cognitivas, sociales y psicomotrices, lo que proporcionará múltiples beneficios a su salud mental y física en la vida diaria ya que, entre otras cosas, van a ayudar a prevenir o retrasar la aparición de ciertas enfermedades o patologías asociadas al proceso de envejecimiento.
Asimismo, a través de estas actividades se pretende que el colectivo de la tercera edad se sienta útil y productivo para poder combatir las situaciones de dependencia, inactividad, desánimo, soledad o aislamiento social que suelen darse en esta etapa de la vida. Cabe decir también al respecto que este tipo de actividades se convierten en un excelente medio de integración social en el que se fortalece el desarrollo de habilidades sociales y la mejora de las relaciones interpersonales o vínculos sociales con aquellas personas con las que se compartan las actividades, ya sean familiares, amigos o compañeros de vivienda, centro o residencia. Además de ayudar a salir de la rutina diaria, sirven para despejar la mente, liberar tensiones y, gracias a ellas, se fomenta la comunicación, la autoestima y la creatividad del adulto mayor.
Además, la realización de dichas actividades permite a estas personas mantenerse activas, ocupadas y entretenidas en su tiempo libre mientras disfrutan de lo que hacen y, no cabe la menor duda de que, además, les hacen sentirse bien con ellos mismos/as. En otras palabras, nos estamos refiriendo a un tipo de actividades que tienen como principal objetivo fomentar la diversión, el bienestar y la satisfacción de nuestros mayores con el fin de mantener un estilo de vida saludable y positivo.
Por otro lado, cabe decir que existe un amplio y variado abanico de actividades recreativas que, como ya hemos indicado, pueden llevarse a cabo tanto individual como colectivamente y que pueden estar dirigidas tanto al plano físico como a la agilidad mental. Conviene matizar al respecto que estas actividades pueden realizarse en espacios interiores o exteriores y en diferentes lugares o entornos: desde el domicilio particular, el salón o espacios comunes del centro cultural, centro de día o residencia, o incluso en parques o jardines debidamente habilitados para tal fin.
Algunos ejemplos de las múltiples actividades recreativas que se pueden poner en práctica son las siguientes: pasear, bailar, practicar ejercicios de relajación, leer, escuchar música, participar en juegos de mesa (cartas, bingo, dominó, parchís…), petanca, excursiones y cualquier otro tipo de experiencias artísticas o culturales. Además, también existe un sinfín de juegos lúdicos de ocio y tiempo libre que se pueden llevar a cabo especialmente en grupo y dinamizados por la figura del/la terapeuta, monitor/a o animador/a.
Es importante resaltar la idea de que este tipo de actividades deben, en la medida de lo posible, ofrecerse y adaptase siempre en función de las capacidades, gustos, preferencias, intereses y motivaciones particulares de cada persona, sobre todo en el caso de aquellas que presentan un grado de deterioro más avanzado.
En definitiva, las actividades recreativas o lúdicas facilitan que las personas mayores mejoren su bienestar emocional, físico y mental en aras de alcanzar un envejecimiento positivo y saludable.
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